º“Y serás como huerto de riego, como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan”

                                                                                                                                                                    Isaías 58:11

Nos sentimos infinitamente agradecidos con Dios por Su inquebrantable fidelidad durante los últimos cincuenta años.  Fue en 1967 cuando Dios le mostró al fundador del Ministerio Oasis, el pastor Raúl Arce,  Su deseo de hacer del creyente en Cristo Jesús, una fuente de agua refrescante en tierra seca y árida.  Fue y continúa siendo la convicción del fundador el que Jesús, la Fuente de Vida Eterna, fluya a través de cada creyente que desee tener una comunión íntima con Él.  Como resultado, Cristo será revelado en su vida y los propósitos de Dios serán cumplidos a través de Su iglesia.

Con esta visión claramente establecida, Dios llevo a la familia Arce a vivir en Miami, Florida.  En esta ciudad, el Señor permitió la formación de una asamblea local de creyentes, los cuales originalmente se reunían en distintos hogares y ahora se congregan en un edificio que el Señor, por Su gracia, ha provisto de forma milagrosa.  En los últimos años, ha sido desde Miami que la Palabra de Dios ha sido proclamada a las naciones.

El Instituto Ministerial Oasis nació en 1971, durante un extenso viaje ministerial a Centro América.   El pastor Raúl Arce tomó conciencia de la necesidad de preparar a quienes han sido llamados a servir a Dios, proveyéndoles una formación bíblica y centrada en Cristo.   El tiempo ha hecho cada vez más evidente que la falta de claridad en la visión y falta de dirección han terminado por diluir el mensaje del Evangelio haciéndolo, muchas veces, ineficiente.   De este modo, la gloriosa realidad de la Persona de Jesucristo ha sido tristemente desfigurada con conceptos religiosos vacíos, vanas creencias populares y estrategias humanas.

Por esta razón, el Instituto ha desarrollado cursos que tienen el objetivo de preparar a quienes han recibido el llamado de Dios para que puedan ser eficaces en la labor de expandir el Evangelio y edificar a la Iglesia con una visión más clara de la Persona de Jesucristo.

Las palabras del apóstol Pablo a la Iglesia de Éfeso impactaron profundamente la vida del fundador: “Fui hecho ministro . . . según la operación de su poder”.   Con el convencimiento de que solo Dios puede “hacer” un ministro, sabemos que lo único que podemos hacer es colaborar con Él, proveyendo un ambiente que complemente Sus propósitos en cada estudiante.   Basado en ese principio, el Instituto comenzó a funcionar.   Con el paso de los años, estudiantes vinieron de varios lugares de Latinoamérica para beneficiarse de los cursos y enseñanzas. Hoy día, muchos de ellos sirven como ministros en sus respectivos países, mientras el Instituto continua sirviendo a través del correo y en línea.

A través de los años, la vida de muchos ha sido impactada por los mensajes grabados y los cursos del Instituto.   Otros en distintos países del mundo han creído en el Señor como resultado de la ministración de la Palabra de Dios en sus localidades.  A nivel local, muchos han creido en el Señor como resultado de la participación en la asamblea local.

En cuanto al futuro, confiamos en que Dios continúe haciendo Su buena obra a través de nosotros, permitiendo cada día que Cristo pueda seguir siendo formado en nuestras vidas.